miércoles, 26 de julio de 2017

[Mujeres por el Cambio/ Ecuador] Las lecciones de la Revolución de Octubre para la emancipación de las mujeres

1.              Participación de las mujeres en le Revolución de Octubre
Era el frío invierno en la Rusia Zarista de 1917 cuando cientos de miles de mujeres hacían largas filas para poder obtener harina y azúcar; otras tantas, a causa de la guerra, ya eran parte de las fábricas textiles y de hecho, doblemente explotadas. Las ciudades ya no tenían reservas a causa de la guerra, el pan escaseaba y el hambre era el reflejo de las penurias del pueblo ruso, los productos básicos subieron en un 131% y las mujeres llenas de indignación, en exigencia de la paz y del pan se rebelaban protagonizando un sinnúmero de disturbios. El 23 de Febrero de 1917 (8 de marzo) las trabajadoras rusas se aprestaban a movilizarse; las obreras textiles salieron a manifestar en defensa de sus hijos, exigiendo al gobierno la paz, al grito de “Abajo la guerra” y “Pan para los pobres” y más 90 000 obreras y obreros se declararon en huelga es San Petersburgo, dándose así el inicio de la Revolución de Octubre.
¿Cuáles fueron las principales conquistas para las mujeres con la revolución de octubre?
Indudablemente y lo demostraron las mujeres rusas, dejando un precedente al mundo entero al no ser solamente las iniciadoras del proceso revolucionario en 1917, sino al ser protagonistas de la revolución de Octubre. Y no fueron pocas, fueron muchísimas las mujeres que activa y conscientemente caminaron junto a sus compañeros obreros y campesinos. Jóvenes y ancianas, también trabajadoras y campesinas, las esposas de soldados y las amas de casa junto a las oficinistas, profesionales y mujeres cultas, maestras, estudiantes y doctoras lucharon por el mismo propósito, ¡todo el poder para los soviets!
En el lugar donde necesitaban su contingente estaban presentes para actuar, en los puestos de primeros auxilios, en los hospitales y muy convencidas del objetivo final, se encargaban de la comunicación del ejército, pero también marcharon para el Frente y con un gorro de soldado eran verdaderas combatientes del Ejército Rojo, “las proletarias se han comportado durante la revolución magníficamente. Sin ellas no habríamos vencido. O difícilmente habríamos vencido. Esta es mi opinión. ¡Qué valentía han demostrado, qué valientes son hoy! Figúrese los sufrimientos y las privaciones que padecen. Y sin embargo, se mantienen, se mantienen firmes, porque quieren defender los Soviets, porque quieren la libertad y el comunismo. Sí, nuestras obreras son admirables, son unas combatientes de clase.” Cita de Lenin en   Sobre la Emancipación de la Mujer Recuerdos Sobre Lenin (Fragmento) Por Clara Zetkin; en este sentido, las mujeres cumplieron un papel determinante en el suceso de la Revolución y que deben dejar de ser vistas como unas meras iniciadoras de una revuelta esencialmente masculina.
2.              Victorias alcanzadas después de la Revolución de Octubre
El mundo estaba de cabeza y miraba con asombro el nacimiento del Primer Estado Obrero, que hizo más por las mujeres en algunos meses que todos los países capitalistas en décadas, puesto que las reivindicaciones para la mujer ya no eran esencia de lucha entre el proletariado y la burguesía, sino que eran ladrillos para la edificación de la sociedad comunista.
En la Rusia Soviética, a pesar de las limitaciones económicas del naciente Estado Obrero, se procuró reivindicar los derechos de los que sufrían mayor discriminación y opresión bajo el capitalismo y la lucha por la igualdad de la mujer comprende todos los ámbitos de la vida como son: políticos, económicos y sociales, partiendo especialmente del marco familiar en el que inciden los tres aspectos.
En el ámbito político: Lenin sabía que no era posible incorporar a las masas a la política sin incorporar a las mujeres a esta actividad prioritaria para la construcción del Estado Soviético. Para lo cual era necesario, que en un primer momento, las tareas políticas para la masa trabajadora sean sencillas, claras y plenamente asequibles para todos y todas, y por ello las trabajadoras intervenían cada vez más, en la gestión de las empresas públicas y en la administración del Estado y se procuró que las obreras participen activamente en las elecciones a los Soviets para que tengan una mayor presencia en ellos.
La primera Constitución de la República Soviética, permitió a las mujeres obtener su derecho al voto y a ser elegida para cargos públicos.
En el ámbito económico: Las mujeres de todas las clases estaban condenadas a la dependencia de los varones. Las mujeres de las clases dominantes estaban bajo la total dependencia del hombre de su casa, las trabajadoras al patrono y su marido, las campesinas atadas a la hacienda individual, en la que eran las auténticas esclavas del marido. Sin esperanzas la mujer estaba condenada a sufrir una doble explotación: la doméstica y la del sistema.
El trabajo de las mujeres recibía un salario inferior por el mismo trabajo que haría un hombre, por lo que era más rentable para el propietario, ya que la desigualdad salarial le produce mayor plusvalía. Pero para las mujeres esto era causa de inferioridad ya que sus ingresos no constituían un valor indispensable para el mantenimiento de la familia, quedando por tanto desvalorizado como aporte auxiliar.
Por esta razón, la Unión Soviética priorizó la igualdad salarial y la incorporación de la mujer al trabajo colectivo común. Lenin precisó que “no se trata de igualar a la mujer en el volumen, la duración y las condiciones del trabajo, sino de lo que se trata es de que no se vea, por su condición económica, en condiciones de inferioridad respecto al hombre.
En los ámbitos sociales y domésticos: El rol asignado a las mujeres por siglos es la clave de su explotación y el conjunto de explotaciones que estamos las mujeres sufriendo son resultado de la concepción errónea de inferioridad que tenemos frente al hombre. De la explotación hacia la mujer en la familia, Lenin dice: “Lamentablemente, de muchos de nuestros camaradas aún se puede decir: “Escarbad en un comunista y encontraréis a un filisteo”. Naturalmente, es preciso escarbar en el punto sensible: en su psicología con relación a la mujer. ¿Existe prueba más evidente que el hecho de que los hombres vean con calma cómo la mujer se desgasta en el trabajo doméstico, un trabajo menudo, monótono, agotador y que le absorbe el tiempo y las energías; cómo se estrechan sus horizontes; se nubla su inteligencia, se debilita el latir de su corazón y decae la voluntad? Son muy pocos los maridos, hasta entre los proletarios, que piensen en lo mucho que podrían aliviar el peso y las preocupaciones de la mujer, e incluso suprimirlos por completo, si quisieran ayudar “a la mujer en su trabajo”. No lo hacen, por considerarlo reñido con “el derecho y la dignidad del marido”. Este exige descanso y confort. Sobre la Emancipación de la Mujer. Recuerdos sobre Lenin (Fragmento), págs. 36-37)
Lenin era consciente de que esta costumbre de siglos no iba a ser posible erradicarla de un momento a otro por lo que propone, que en el trabajo con las masas femeninas se priorice el trabajo educativo entre los hombres y esto dentro del mismo Partido como con las masas.
Pero para que las mujeres obtengan verdaderamente su emancipación el Gobierno Soviético sabía que era necesario librarlas de las espantosas labores domésticas por medio de la socialización de estas tareas e inicialmente formó instituciones como los comedores, casas cunas y lavanderías para liberar a la mujer de su condición de esclava doméstica.
Los bolcheviques conscientes de que la institucionalidad del matrimonio era otra de las formas legales de esclavización de la mujer frente a su marido, trabajaron no solo por la eliminación del Estado sino la del matrimonio, ya que la familia con el tiempo seria reemplazada por relaciones sociales revolucionaras basadas en la igualdad del hombre y la mujer y en los individuos separados.
En el ámbito social: El estado obrero hizo fuertes cambios en beneficios de las obreras, brindándoles, a los pocos meses después de la revolución, instalaciones sociales y culturales y servicios comunales, para atraerlas a programas educativos y de capacitación.
La protección de la maternidad, fue uno de los aspectos más importantes para lo cual se crearon códigos laborales para garantizar su protección, durante el embarazo y la lactancia. En 1918, Alexandra Kollontai, primera Comisaria del Pueblo para el Bienestar Social, desarrolló e impulsó el programa de seguro de maternidad, en el que estaba prohibido el trabajo nocturno y las horas extras, se otorgaba ocho semanas de licencia de maternidad plenamente remunerada, recesos pagados de media hora al menos cada tres horas para alimentar a su bebé, además de procurar instalaciones de descanso en las fábricas, servicios médicos gratuitos antes y después del parto y bonos en efectivo.
El programa estaba administrado por una Comisión para la Protección de Madres e Infantes, encabezado por la doctora bolchevique, Vera Lebedeva. Con su red de clínicas de maternidad, consultorios, estaciones de alimentación, enfermerías y residencias para madres e infantes.
En agosto de 1919, las bolcheviques crearon el Zhenotdel, compuesto por trabajadoras, campesinas y amas de casa, para realizar el trabajo político entre las mujeres y para movilizarlas en la lucha por el socialismo, bajo la primicia de la “agitación mediante la acción”.
El aborto considerado como un derecho de la mujer fue gratuito y para quien lo solicitara, en 1920 el estado obrero anuló la penalización criminal del aborto y decretó que se lo llevará a cabo gratuitamente en los hospitales del Estado, donde las mujeres tengan condiciones de seguridad durante la operación. Sin embargo en un inicio no se pudo garantizar plenamente este derecho a causa de las limitaciones económicas que sufría el naciente Estado soviético donde había una necesidad urgente de anestésicos y de anticonceptivos de calidad y los abortos seguían practicándose de manera espantosa e insegura por las parteras.
Otra de las victorias alcanzadas fue el establecimiento del matrimonio civil y permitieron el divorcio a petición de cualquiera de los cónyuges. En octubre de 1918 el Comité Ejecutivo Central (CEC), el órgano estatal de gobierno, ratificó todo un Código sobre el Matrimonio, la Familia y la Custodia que barría con siglos de poder patriarcal y eclesiástico, y establecía una nueva doctrina basada en los derechos individuales y la igualdad entre los sexos.
El Código eliminó la distinción entre los hijos “legítimos” e “ilegítimos” usando en su lugar la formulación “hijos cuyos padres no estén en un matrimonio registrado”. Así, una mujer podía reclamar la manutención infantil de un hombre con el que no estuviera casada. En el Código también establecía el derecho de todos los niños a la manutención por parte de los padres hasta los dieciocho años de edad y el derecho de cada cónyuge a conservar su propia propiedad.
En el Estado Bolchevique se abolió las leyes contra los actos homosexuales y todas las formas de actividad sexual consensual, basándose en el principio de “la absoluta no interferencia del estado y la sociedad en asuntos sexuales, en tanto que nadie sea lastimado y nadie se inmiscuya con los intereses de alguien más.” (International Communist League, 2017)
La prostitución era considerada como la consecuencia de la inferioridad de la mujer en el capitalismo, como fruto de ver a la mujer como un objeto y no como sujeto. El capitalismo dice combatir esta lacra social con la iglesia y por medio del uso de la fuerza, pero en el fondo la estimula para seguir lucrando de ella. En el gobierno del proletariado se consideró a la prostituta como una víctima por lo que se la reinsertó en el mundo productivo y se procuró su integración en los sindicatos, al tiempo que se hace con ellas una labor psicológica que les ayude a recuperar su dignidad.
Lenin procuró visibilizar a la mujer trabajadora y utilizando de manera adecuada el lenguaje como respuesta a un planteamiento político y cuando se dirigía a las masas planteaba “A los obreros y a las obreras”, también hablaba sobre la “liberación de los obreros y de las obreras del yugo capitalista, impulsada por cientos de campesinos y campesinas,” también se refirió a los derechos del “ciudadano y de la ciudadana”.
Otra de las victorias de la República Soviética que durante la Segunda Guerra Mundial se alcanzó fue cuando incorporó a casi un millón de mujeres al Ejército Rojo, pero ya no solo como enfermeras, doctoras o carne de cañón, sino como especialistas en tareas que eran históricamente realizadas por los hombres, ya se formaron las francotiradoras, conductoras de carros de combates, tiradoras de ametralladoras, comandantes de cañones antiaéreos, zapadoras y pilotos mujeres, las mujeres dominaban estas especialidades pero curiosamente se generaron problemas lingüísticos porque no existían el femenino de esas palabras, que en medio de la guerra fueron naciendo.
La emancipación de la mujer afirmó Lenin, que de igual manera, que la emancipación de los obreros debe ser obra de los obreros mismos, la emancipación de las obreras debe ser obra de las obreras mismas. Y la igualdad de la mujer en la construcción del socialismo, no admite separaciones de género en el interior del P, que solo conducen a obstaculizar el proceso revolucionario, por lo que plantea: “¡Nada de organizaciones especiales de mujeres comunistas! La comunista es tan militante del Partido como lo es el comunista, con las mismas obligaciones y derechos. En esto no puede haber ninguna divergencia. Sin embargo, no debemos cerrar los ojos ante los hechos. El Partido debe contar con organismos —grupos de trabajo, comisiones, comités, secciones o como se decida denominarlas— cuya tarea especial consista en despertar a las amplias masas femeninas, vincularlas con el Partido y mantenerlas bajo la influencia de éste.” (Sobre la Emancipación de la Mujer. Recuerdos Sobre Lenin (Fragmento), pág. 29)
Hoy después de varios años del asalto del revisionismo a la dirección del Partido Bolchevique y la restauración del capitalismo en Rusia y en medio de las feroces fauces del imperialismo que atacan al mundo entero y en especial a las naciones dependientes, hoy cuando las mujeres hemos perdido nuestras más grandes conquistas y vemos como la desigualdad entre hombres y mujeres es cada día más profunda al igual que la desigualdad entre pobres y ricos, cuando la violencia contra las mujeres es originada desde las más profundas raíces del sistema capitalista patriarcal, violencia que se evidencia en todas las sociedades, que nace desde el Estado y se refleja en la violencia política, física, psicológica, económica, sexual, entre otras. Hoy cuando el sistema permite pasiva y naturalmente la dominación del hombre a la mujer, que la considere inferior y de su propiedad, y por lo tanto es natural maltratarla e incluso asesinarla.
Es realmente indignante ver cada noche una noticia sobre una mujer cruelmente asesinada por su pareja o expareja, las cifras de violencia en Ecuador son aterradoras, seis de cada diez mujeres hemos sido víctimas de algún tipo de violencia y esto no es extraño, es natural y normal, ¿Y cómo no serlo? Si la violencia la han generado los diferentes gobiernos durante años, décadas y siglos, y ésta se ha visto mucho más acentuada durante la década perdida del correismo, durante los últimos diez años, en una de cada dos sabatinas se registraron agresiones hacia las mujeres con insultos descalificativos, insultos injuriosos e incluso la ironía, nos llamaba amargadas, antipatria, gorditas horrorosas y mucho más, pero la violencia en mi país se hizo ley cuando el ejecutivo en manos de Correa y Alianza País implantaron leyes y decretos que retrocedieron en siglos los derechos de las mujeres y la sociedad, como es caso del fallido Plan Familia, el BGU, el examen de ingreso a las universidades, que dejó a más de medio millón de jóvenes sin universidad, una ley de comunicación que estaba al servicio del correismo, entre otros. Hoy nos enfrentamos a un nuevo gobierno pero que en esencia representa el continuismo, y convencidas de que solo la lucha nos llevará a la victoria, de igual manera, que al correismo, lo enfrentaremos en las calles, en los barrios, en los colegios y universidades, organizando, luchando y exigiendo que cumpla sus ofrecimientos de campaña.
Hoy más que nunca estamos seguras que solo conseguiremos la liberación de la mujer con la liberación de los pueblos. Pero nosotras hacemos los logros para las mujeres, nosotras “Mujeres por el Cambio”, una organización de mujeres de izquierda, que reúne en su seno a las mujeres de los sectores populares y mujeres con la voluntad de ser parte de la vida política del país, asumimos la responsabilidad histórica de accionar consecuentemente con los sectores más pobres y por lo tanto de todas las mujeres que sufrimos los efectos de una condición de discriminación y subordinación, exigiendo al Estado que incorpore en sus políticas la solución de los problemas sociales insertando como un eje transversal de género que permita abordar los problemas de las mujeres en el área de la salud, educación, trabajo y vivienda principalmente, por ello “Mujeres por el Cambio” nos proponemos fortalecer y ampliar nuestra organización, ser la organización que exprese permanentemente las demandas de las mujeres ecuatorianas, reivindicar como un derecho la participación de las mujeres en la vida política, demandar la aplicación de un proyecto de desarrollo nacional que permita la justa redistribución de la riqueza entre todos y todas, trabajar por la eliminación de toda forma de discriminación contra las mujeres y los pueblos, trabajar por desarrollar lazos de amistad, solidaridad y relaciones que nos permitan impulsar acciones conjuntas con otras organizaciones latinoamericanas y del mundo afines. Y lo estamos logrando, seguimos caminando y luchado junto a nuestros compañeros proletarios hacia la toma del poder, por la construcción del socialismo y el comunismo en el Ecuador. Seguimos fortaleciendo las relaciones con organizaciones de mujeres hermanas y estamos trabajando por la realización del II Encuentro de Mujeres de Latinoamérica y el Caribe a realizarte en el 2018 en Quito – Ecuador.
Estamos totalmente convencidas que solo cuando derrotemos al sistema capitalista, lograremos alcanzar las victorias parta las mujeres, pero también estamos conscientes que solo nosotras hacemos los logros para las mujeres.
No pararemos hasta alcanzar la victoria final, seguiremos el sendero de la revolución de octubre, luchando por el socialismo junto a nuestros compañeros. Como lo dijo Rosa Luxemburgo “Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”
Fuentes
•               ALEXIÉVICH, S. “La Guerra no tiene rostro de Mujer”.
•               https://frenteformacion.wordpress.com/2012/06/22/lenin-y-la-emancipacion-de-la-mujer-por-su-esposa-nadeshaya-krupskaya/
•               http://www.mindefensa.gob.ve/CIEG/download/sobre-la-emancipacion-de-la-mujer-clara-zetkin.pdf
•               https://carlosagaton.blogspot.com/2016/03/lenin-y-la-emancipacion-de-la-mujer.html

21 Seminario Internacional Problemas de la Revolución en América Latina. Julio 2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario